Tras un tiempo dedicado a la
reflexión sobre muchas cosas he decidido volver a la palestra porque, con la
que está cayendo, no me resigno a estar calladito como si no fuera conmigo lo
que ocurre en este país.
Se nos fue Ruiz Gallardón, don
Alberto, ya que no pudo sacar adelante su famosa noley del aborto. Cosas de la
vida, lo único que llevaban los hijos del PP en su programa que podían cumplir
lo han incumplido porque del resto no se sabe o no contestan, o como dicen por
ahí, parecen que lo han escrito a mano (el programa) y no entienden ni su
letra.
Desde el verano para acá han ocurrido
más cosas, por ejemplo, este Gobierno ha repatriado dos religiosos españoles
enfermos de ébola contradiciendo todas las recomendaciones de los expertos que
aconsejaban tratarlos in situ. Aparte del dispendio económico que nos ha
costado (un millón de euros aproximadamente) nos hemos traído la enfermedad a
casa. Más práctico hubiera sido invertir esa cantidad en hospitales de campaña
con especialistas voluntarios y bien preparados sobre el terreno.
Derivado de este tema nos
encontramos con que las personas que están al frente de la organización y
puesta en práctica del protocolo de actuación no podían ser más inútiles, tanto
en dicha organización como a la hora de la información a la ciudadanía. He utilizado
el adjetivo inútil y me he quedado corto, sobre todo, en el caso del señor
Consejero de Salud de la Comunidad de Madrid. Llegar a decir que está bien
comido y que no tiene problemas con su cese porque tiene la vida resuelta,
demuestra una vez más el acierto que tuvieron los electores del PP cuando les
votaron. Ello explica que un país de pobres esté gestionado por un Gobierno de
ricos. El problema estriba en que los demás también los padecemos.
En otro orden de cosas está el
caso de las tarjetas negras de CajaMadrid, ahí los chorizos son transversales
desde IU hasta el PP, pasando por el PSOE y los sindicatos UGT y CCOO. Pero claro,
no era lo mismo la tarjeta de Blesa y compañía que la de los sindicalistas ya
que la “tajá”, como dicen en mi pueblo, era muy distinta aunque todos
participaron de la sandía. Mención aparte merece el exmilitante de IU Moral
Santín que daba clases de izquierdismo a todo el que se cruzara en su camino…, “Cosas
tenedes, Cid, que
farán fablar las piedras”. Entretanto
todos hemos participados en reflotar esa caja sin probar la dichosa sandía.
Saludos
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